DESDE AQUEL DÍA
Que te vi por
primera vez
supe que
serías para mi,
la razón de mi
existir.
Desde entonces,
no he tenido,
ni un momento,
de sosiego,
pues a partir
de allí, mi
corazón, entendió
que solo tú,
eras para mi.
Desde aquel día,
en el jardín,
mi alma y mi ser,
se prendieron de
ti, hasta hoy no
he podido vivir
sin tu amor.
Eres para mi,
mil razones de
existir, mi alma
y mi corazón,
prendidos están
de ti.
Desde aquel día,
que te vi,
supe que serías
para mi.
Ma. Marisol
VENEZUELA