¿De quién es el planeta? No es de nadie.
¿Por qué es que uno se siente de un terruño,
las guerras siempre llevan infortunio,
o precisa la luz que el sol irradie?
¿Quién decide lo que tú debieras ser.
lo que a ti te conviene o lo que es malo?
¿Acaso si te llega un varapalo
ellos son quienes te ayudan a correr?
¡Basta ya de disfraces y caretas!
Desnudos ya, sin trabas ni artificios,
si somos tan iguales en oficios,
nadie derecho tiene a usar de tretas.
Que cada cual estudie lo que quiera,
que nadie se entrometa en el idioma,
ni imponga lo que guste, lo que coma,
ni critique si es falsa su quimera.
Yo sé que no soy dios, lo sé, no intentes
venir a contarme a mi esas milongas,
ya te puedes poner como te pongas
se te nota en la boca cuando mientes.
Que este mundo catarsis necesita
soltando las amarras con ahínco,
haciendo un guiño a dios, pegando un brinco
al desgarro feroz de alguien que grita.
Solamente sorteando tanto embuste
deberá aquí quedar clara y concisa,
rotunda conclusión, firme premisa:
cada cual ha de hacer lo que más guste.
©donaciano bueno