Mi madre está de pies ante mi orgullo
y de sombras delante de mi sol
y se duele conmigo en mi dolor
amazónico. Y tal parece que
mis pesáres le duelen a ella. Lava
mis ropas con sus llantos ¡Ay de mí!
y me dice:\" Hijo, obséquia tu tristeza
en mi, quiero lavarla con mi sangre\".
Pues las madres se duelen de sus hijos
hasta la sepultura ¡Pobre soy!
Mi madre se aproxima a mis talones
para que caiga sobre ella, y no sobre
la tumba. Ignora ella que muchas veces
he fallecido junto a sus dos pies.
Ignora que salì desnudo cuando
me tuvo entre sus brazos una noche...
Mi madre está llorando y son sus lágrimas
tan tristes que la muerte está llorando..!
La mujer que parió mi sexo quiere
darme un ósculo santo, ella me ama!
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David John Morales Arriola.