En un pequeño lugar, dónde parece terminar un largo recorrido,
a mitad de la montaña.
Viene corriendo y el chisporroteo del hacer de una vertiente,
fluida en agua.
Es allí donde me refugio a veces.
Cuando quiero mecer_ me y que la tranquilidad me embriague, hasta
hacerme pensar que floto, entre el verde y el agua transparente,
y poder sumergir mis pies descalzos y tocar las piedras que
yacen en el fondo.
Es un placer que evoca mis sentidos , y quiero compartirlo.
Digo compartir, como si fuera propio.
No lo compré, ni lo heredé, apenas lo encontré.
Es un rincón , que parece conjugarlo todo;
El pasto adornado con flores silvestres
dispersas y de variados tonos.
Necesitaba un lugar, lo hallé, y puedo visitarlo,
tantas veces como quiera,
Sin alterar nada, tan perfecto
y diseñado, que si lo toco, temo que desaparezca,
porque este lugar es mágico, y cuando declina el sol
por la ladera, me suena a encantado.
Si me preguntan cómo se llega allí,
diré sólo cierren los ojos, den riendas sueltas
a su imaginación, y esperen, seguro ustedes
crearán el propio...