No pienses mal de mi,
si alguna vez quitase
a tus sueños un fragmento
para aliviar mi pesar.
No pienses mal de mi,
si algún frío atardecer
quebrara la promesa ansiada
y solo caminamos bajo la lluvia.
No pienses mal de mi,
si en una mañana sombría
tocara tu rostro tan tibio,
con la esperanza de acercarme
al sol que arde en tus ojos.
Y si alguna vez contemplativo
me posara callado frente a ti,
lo haré buscando la paz
que mi alma agitada ansía.
No temas de mi nada,
no cierres a mis ganas tu corazón,
que solo quiero ofrecerte
el humilde amor que hay en mí.