43.
EL PROBLEMA DEL SULTÁN
El Sultán estaba desesperado por no encontrar un nuevo recaudador.
- \"¿No hay ningún un hombre honesto en este país que pueda recaudar los impuestos sin robar dinero?\"-. Se lamentó el Sultán, quien llamó a su consejero para explicarle el problema.
- \"Anuncia que buscas un nuevo recaudador, alteza\"-. Dijo el consejero.
Se hizo, pues, el anuncio y aquella tarde la antecámara del palacio estaba llena de gente. Había hombres gordos con trajes elegantes, hombres delgados con trajes elegantes y un hombre con un traje viejo.
El sabio consejero entró, luego de un minuto empezó a hablar.
- \"El Sultán los verá a todos en seguida, pero tienen que pasar uno a uno por el corredor que lleva a sus aposentos\"-. Les dijo el consejero.
El corredor era oscuro y todos tuvieron que ir palpando con sus manos para encontrar el camino. Por fin, todos se reunieron ante el Sultán.
- \"¿Qué hagó ahora?\"-. Susurró el Sultán.
- \"Pide que bailen todos\"-. Dijo el hombre sabio.
Al Sultán le pareció extraña aquella medida, pero accedió y todos los hombres empezaron a bailar.
- \"Nunca en mi vida he visto uno bailarines tan torpes - dijo el Sultán - Parece que tienen pies de plomo\"-. Terminó por decir el Sultán.
Sólo el hombre pobre pudo saltar mientras bailaba.
- \"Este hombre es nuestro nuevo recaudador de impuestos - dijo el hombre sabio - Llene el corredor de monedas y joyas y el fue el único que no llenó sus bolsillos con las joyas robadas\"-. Finalizó por decir el sabio.
El Sultán había encontrado por fin un hombre honrado.