Dejas solas mis iluciónes
guardadas en un después
y viven solamente
cuando te vuelven a ver,
para de nuevo caer
en el mismo agujero
en el mismo juego del después.
Que impaciencia la mía, lo sé,
pero no puedo evitarla,
me desespera tanto silencio
que no nos llevan a nada
y ahora con ésta distancia
me siento aún más perdido
y sólo tus ojos son el motivo.
Ya no sé que pasará,
la distancia me matará
sin ningún tipo de piedad,
esa dosis diaria de ti
me volvió un adicto
y hoy cómo si nada
tengo que ir por ahí, sin tí.
Ocultando que te extraño
y guardándome palabras
para no incomodarte,
que se jodan los mensajes
pues no me ayudan en mucho,
yo necesito tu presencia,
verte a diario cada mañana.
Mi mayor temor cumplido:
Perderte sin tenerte.
Que triste haber perdido
la suerte de poder verte
pues tus ojos, tus sonrisas,
tus abrazos y tus besos
alimentaban todo en mi.
Me ahoga éste sentimiento
pues sólo a ti te quiero,
sólo con tu boca sueño,
sólo a tus ojos les escribo,
solo por tus besos me derrito,
todo debe de sonar a fantasía, pero no,
todo ésto lo provoca tu sonrisa.
Es cómo fuego por dentro
invade todo y quema,
el combustible soy yo
pero eso no me atemoriza,
aunque deje todo por ella
no voy a morir por amor,
pero cómo anhelo poder quererla.
Una guerra interminable
con sentimientos que van por los aires
lanzados a defensa propia,
no nos queda salida,
por lo menos a mi,
llegué al punto de no retorno,
al punto del todo o nada.
Otra mañana divagando,
otra noche sólo soñando
que entre mis brazos estás.
que tu cuerpo me cobija
en esta oscura y fría noche
con tus manos tan inalcanzables
que anhelaría poder sentir.
E. Ortega