Cada rincón oscuro frecuentado es hoy más oscuro al volver la vista
lánguido tintineo de cascos muertos y secas lágrimas de sabia cristalina
un chillido tímido de piedra que choca con otra piedra en mitad de la noche
desnudo y con cadenas atadas a su pecho maltratado, abierto de costilla a costilla
hueco, mas que hueco vacuo, con un manojo de espectros
que susurran blasfemias con lengua de cardo
lamen y lamen sus oídos lujuriosamente cautos
pastan a la sombra del ardor que quema con falso recato
todo afán inútil, inútil no desplomarse ante su encanto
quisiera hundir un puñal en ese pecho con arrebato
sembrar esta semilla de metal y que florezca sangre fría al primer tajo
o tibios pétalos de fuego rojo que se sequen con el viento al tacto
pero esa voz acaricio las mil leguas en que se dispersó el abrazo
fue el rocío de aves muertas renacidas del verde llanto
la copa rebozada de dicha, tan falsa como el amor es falso
caído en tan celestial desgracia que enmudece labio contra labio
maldice su desconcierto se hace gota de sangre surcando libre el espacio
D. Erazo