Fue un día cualquiera
cuando la tarde caía
sentado en la solera
mientras otros ya dormían.
Ese día pinté girasoles
con tus gracias en melodías
tus palabras fueron pinceles
mientras el arco iris moría.
Ahora miro estrellas
brillantes como solía
pintarlas solo para ella
aguardando su sinfonía.
De besos y de caricias
de amor y melancolía
que siguen siendo primicias
al entrar la aurora en el día.
Rueda la luna vacía
mirando la amanecida serena
de versos y poesías
llorando en la noche plena.
Esa noche no olvidaré
al nacer el nuevo día
de versos que acuñé
para calmar la agonía.