Las tormentas son los votos
de castidad de la amante
que da un paso hacia adelante
entre llantos y alborotos.
Son lo mismo que los rotos
que le hacen un descosido,
quisieras no haber salido
por donde entran los escrotos.
No dejes que el mar te engañe
que aunque parezca está en calma
puede que te tuerza el alma
y pronto grite y se ensañe.
Y aparezca un maremoto
sin saber por qué, por nada,
para nublar la jornada
y destruir vuestra foto.
Mas piensa que el temporal
no perdura eternamente
y así un día, de repente
aún sin romper la postal
habrás descubierto el sol
que se posa en tu almohada
y tendrás allí a tu amada
adornando tu crisol.
©donaciano bueno