I
Eres amada mía una bella sensación
Que va en mi corazón como honesta alegría;
Te quiero, vida mía, te quiero con pasión,
Como bella canción de sutil armonía;
¿Por qué fue tu partida causa de gran dolor?
¿Por qué te fuiste, amor? Me dejaste sin vida;
Mi mujer consentida se llevó mi fervor,
Me robó su calor con su inexplicable huida;
II
Cuánta pena me dejas, pues tan sólo te vas,
Yo pensé que jamás me dirías que te alejas;
Está bien, no hay más quejas, mis ruegos tú no oirás,
Mas en mí quedarás enclaustrada entre rejas;
En eterna condena quedarás en mi ser
Como aquella mujer que jamás será ajena;
El amor, la cadena; por dejar el ayer,
Por robarme el placer, por hundirme en tal pena;
III
Ya habrá nuevo mañana, volveré junto a ti,
Otra vez revivir esta yerta esperanza;
Aún tengo confianza que volveré a reír
Que serás para mí: dueña de toda mi alma;
Este amor verdadero es divina ilusión,
Me darás la razón con tu amor tan sincero;
Y es que tanto te quiero, tuyo es mi corazón,
Que mi única obsesión: tu amoroso sendero…