Antes de que el tiempo,
como un gigante
dañino y voraz,
me robe los detalles
del encuentro.
Antes de dejar de ver
en mi pupila
tu pupila azul y transparente,
y la imagen
de la curva de tu espalda,
de tu cabeza entornada,
y de tu frente,
sobre un hato de papeles
concentrada;
Antes escribiré hoy,
por y para tí, Vera,
estas palabras.
Antes de que languidezca
de nuestras voces
el eco en la plaza,
y de que se apague
el brillo de tus ojos,
y ya no pueda medir
con mi mirada
la longitud de tus pestañas;
antes de que
de lo que no fue siquiera
quede nada;
contaré, mujer,
estudiante berlinesa
formal, entusiasta
y con gata,
(que se llama "Cara")
que este gato te encontró,
un gato que dibujaba.
Siete vidas
llevo consumidas,
todas acabadas,
y al final este fulgor
que, en quemándome,
se apaga.
Eso fue antes
de escribirte este poema
sólo para decirte que,
si el maestro Vermeer
hubiese sido quien te viera,
él, con infinita calma,
fuera y te pintara.
Y asi, durarías en el tiempo más
que en mi hoja blanca,
la de un cuaderno sin fama,
el de un hombre
que hoy ya es sombra,
ya recuerdo,
ya NADA.
JLP Madrid (Pza de Santa Ana)
14 junio 2008