La alborada en un pueblo de Castilla
en la plaza mayor. Los soportales
con sus arcos romanos. Catedrales
que vuelven al pasado en la mirilla.
mejor cuando florecen los rosales.
Un café que de la quietud emana
con aroma que exhuma en el silencio.
Cuatro gotas, no más. Yo reverencio
a esta virgen hora de la mañana
justo y tal como ahora yo presencio.
Plaza empedrada, de pisada ilustres
sembrada de paisajes y recuerdos
¡es curioso! famosa por los cerdos,
matanzas que a la villa le dan lustres
su olores, su sabor y sus recuerdos.
Vestida eres de iglesias y sermones
mirando a tu pasado clerical
y orgullo de tu antaño medieval,
de obispos tan impíos y gruñones
haciendo de la villa un carnaval.
El Duero que te observa y que suspira
sin osar distraerte de tu sueño
avanza justo a tu lado risueño,
sin rozarte da un traspiés y gira
soltando algo de su agua en un barreño..
Que aunque de Burgos cerca, eres soriana,
y como atañe a la Vieja eres austera
yo que arandino soy, tú, ¡puñetera!
nuestra villa registe por cristiana
aunque ambas adornais a la Ribera.
©donaciano bueno
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