Atisbando por el cristal de mi ventana.
Veía la silueta de aquella mujer
Que loco me traía. Ella tenía la luz encendida
Y yo, hechizado por la hermosura de su cuerpo.
No dejaba de mirar, cada palmo de sus curvas
Bien torneadas. Su negra cabellera, se extendía
Como una enredadera, hasta más debajo de su cintura.
Y mis ojos se deleitaban al ver tanta hermosura.
Y mi mente, se trasladaba al lugar donde ella estaba.
Pase el umbral de su puerta entreabierta.
Enseguida ella se dio cuenta, que era yo el que entraba…
Mi sorpresa fue mayor.
Porque ella me dijo, te vi… que me mirabas por la ventana.
Y fui corriendo a abrir la puerta…
Desde hace tiempo te aguardaba…
Ven y acaríciame, con tus manos, deseosas de mi cuerpo.
Me quede. Por un instante
Muy turbado.
Todo mi cuerpo temblaba.
Al ver a esa mujer, tan bella y desnuda.
Y que a su lecho, me invitaba.
La tentación.
Estaba frente a mí.
Y me sentía indeciso.
La carne ávida por el sexo.
Me decía que aprovechara…
Yo no me atrevía a tocarla
Pero en la desesperación de ella y la mía.
No pensé más, y me abalance
Sobre su cuerpo
Y ella con sus piernas
Me atenazaba.