Mis huellas van junto a las tuyas
y permanecen frescas,
porque fresco en mis pensamientos,
están tus ojos bellos,
tus manos tiernas,
tu sonrisa espléndida.
Me envuelve la misma melancolía,
las mismas ganas y el mismo amor.
Son mis noches en desvelo,
un cielo entero con estrellas
que llevan tu nombre y
en esa bóveda inmensa,
asoma tu rostro...
y yo sonrío.
José Luis Agurto Zepeda
Managua, Nicaragua
13 de agosto 2015