Es tan simple , tan diáfana,
que se escurre, se suspende,
filtrando la luz nueva.
Vierte su transparente brisa
y se cuela por la ventana.
Es un perfume suave y conocido
y también indefinido,
huele a rosas, a jazmines
a cipreses , a otras tantas cosas...
yo no la veo, pero percibo
su luz en mí y es su brillo
que se esparce en cada
ser que toca.
Una nueva alegría me
provoca,
Ganas de fijar en mi memoria,
la frágil serenata que regala
el día, cuando viene naciendo,
la mañana...