Y fueron mis orgasmos tuyos
como tuya fueron mis muecas,
cada palabra sedienta
que pudo esbozar mi boca.
Solo tú fuiste capaz de
hacerme vibrar en tus brazos,
gritar como fiera rabiosa,
cuando me rozaban tus labios.
Manos de mariposas fueron las tuyas
depositando delicadas caricias,
aroma a clavel y amapolas
tu aliento recorriendo mi cuello.
Solo tú y esa magia que tienes
pudieron elevarme al cielo
haciendo de mí una esclava
lameruza en tu pecho.
Fue un placer indescriptible
sentir como bregabas por
llegar a buen puerto, ser
el mejor de los amantes
del que haya gozado mi cuerpo.
Ahora que te estoy pensando
y recordando los momentos
que fuimos uno, no puedo
mas que desearte, y querer
estar contigo de nuevo.
Que me hagas el amor como tú
sabes hacerlo, que me regales
el placer de visitar mi interior
que está que arde como fuego.
Para que mis orgasmos
sigan siendo tuyos, cada
gemido y cada gesto, que
que por causa tuya veas,
que emite complacido mi cuerpo.
Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R
Derechos de autor.
Chile.