¿Quién es la Patria, si no nosotros?
los que enriquecemos a una minoría,
a cierto grupo que nuestra mies ergulle,
que cual letal parásito, nos viene a saquear.
Cual serpientes escupen veneno,
mientras nos seducen con palabrería;
falsos y traidores, hijos del que engaña,
ladrones y asesinos, perversos, sin entrañas.
No sienten piedad, ni muestran clemencia,
desvalijan al pueblo por vivir en la holganza;
aves de rapiña que mancillan la Patria
y violan las leyes a cada respirar.
Ofrecen sus discursos con mucho protocolo,
llenos de retórica y tácitas mentiras;
exterminan la naturaleza, matan a los hombres,
aniquilan la esperanza de quien el poder les dio.
La refriega embustera y de fines mezquinos,
es una parafernalia para embaucarnos;
bajo la sombra de crónicas sangrientas,
se subasta el futuro al mejor postor.
El pueblo está hecho migas por el sometimiento,
y como en siglos pasados podría sublevarse;
está siendo saqueada la nación mexicana,
por los bastardos traidores que huelen a muerte.
Alberto Morales Ureña
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