rinashall

Fantasma

Doce rosas y un corazón marchitándose al sol,

Plasmados de agonía y muchedumbre sostenida.

Riegas con un beso el más viejo de los versos,

Discutes entre un te amo y un te quiero.

Veinticuatro horas y una madrugada proveniente,

con un sol naciente, de inocente resplandor.

Verdades que no son aprobadas y locuras desbordadas.

Me niegas tu ausencia, permites quedarte.

En el piano desafinado tocas una melodía,

que al oírla con agonía, reniego de esta vida,

Más temida, reprimida y ambigua.

Encarecida de amor y odio, cayendo en lo más hondo.

Temiendo por el ocaso que llega sin fin,

temiendo por recordarte cerca de mí.

Floreciendo penas, matando el alma con cierta calma,

y luchando por alejarte, lamentando conocerte.

Retroceder hasta el presente, destinado a perderme,

luchando de repente, frente a un mar con fuerte corriente.

Te deseo con firmeza, en esta noche de tristeza,

Dónde las penas me ahogan y roban mi calma,

Dónde los motivos se desvelan,

Dónde ya no queda nada.