Marce lino pan y vino

DESPEDIDA PARA SIEMPRE

 

 

Manuel era el más joven de los trece hijos que tuvo Julia,

mi abuela era una mujer fuerte de un solo hombre

muy trabajadora y campesina.

Tal vez Manuel era el más apuesto

el que rompía todos los protocolos y llamaba a la atención porque además nunca se quiso casar,

no por falta de candidatas sino por su criterio

que el matrimonio no da felicidad y solo amarra al hombre

que nació libre y que es como perro, es de la calle.

El domingo de la misma semana Claudio y familia

se disponía para ir a visitar a su hermano en el hospital,

se arreglaban y como a las tres de la tarde

un olor a quemado impregnó toda la casa,

dijo Claudio que era el mismo olor a grasa quemada

como la que tenía Manuel en su cuerpo.

Alistados partieron en el carro,

y cuando llegaron al hospital

les dijeron que su Manuel había muerto a las tres de la tarde.

 

Manuel porque te fuiste

te llevaste contigo la duda y tu dolor

vuelve porque me mentiste

recuerdo de tus palabras sin rencor.

 

Claudio quedó impresionado

por la señal que le mandó su hermano,

dijo ser una despedida, pasó por la casa de Claudio

porque se iba, pero no creo que fue así,

fue porque lo esperaba y aun no lo había visitado su hermano, ese hermano que decía cuidar sus bienes

y que según lo quería.

Se cansó de esperar y se fue.