Amor en la batalla cayó herido
De muerte por abandono indolente,
Sufre soló dolor amargamente
Y un grito desvanece en alarido.
¡AY, amor traicionero que me hiciste!
Mira la herida de espada sangraste
Aun, por ti este adiós viene acelerado
Me hará pasar de quejas y cuidado.
Se de uno que levanta en la amargura
Despreció en la distancia paciente,
Más dudo la confianza y la ternura.
Su marca plateada de los filos
Punzante, hizo así el acero fuerte
Calor de fragua deslizaba cual hilos.