No es necesario que me recuerdes
-le digo al espejo no a su sombra-
tengo torcida hacia abajo la sonrisa.
Mis ojos miraban mis ojos, me decían:
-ella todavía vive en tu mirada-
No era necesario que me recuerde
en la oscuridad puedo verme triste
compartiendo un sueño, hablar
y sentir
de pies a cabeza su ausencia
¡ay! ¡como se siente su ausencia!
Me engaña la falta de luz
(imagino
me lo creo)
sus ojos todavía me parecen estar dormidos
estan en su lugar
(palpo
veo)
como su cuerpo que un tiempo fué la otra mitad de mi cama
su lugar
A veces la soledad me habla de ella con un silencio enloquecido
es el momento menos apropiado para olvidar
a veces me mira con sus ojos pegados en la pared
y empieza abrirme en el pecho una amargura.
a veces se calla, enmudece
y siento un desgraciado alivio.
No es necesario que se avecine con pies gallardos
su sombra
pues en mis recuerdos llevo las sombras de amor que un día fuimos
en esta habitación.