Hoy dancé con la soledad,
Nos tomamos de las manos y luego nos abrazamos.
Al compás de la canción sonaban nuestros pasos,
Mientras que los corazones seguían con sus contracciones.
Hoy en el día pensé en ella sin esperar danzar,
Hoy en el día creí perderlo todo,
Pero llegó la noche y me arrulló como una cría.
Mientras ne arrullaba me di cuenta que no estoy tan perdida,
Es mas, solo necesitaba compañía.
Ella me la dio sin esperar algo a cambio,
Y yo juré con sangre amarla para toda la vida.
Ese fue nuestro baile eterno,
El que se convirtió en los pasos del silencio.
Porque este nos acompañó también, cuando decidimos llorar por agonía.
El silencio nos arrulló a ambas
Y ahora nosotras arrullamos a él como si fuera nuestro hijo.
Estamos amándonos para siempre,
Como tres crías convertidas en una familia.