De vez en cuando
inspiro un poco de tu aire,
pero lo único que espero es que tú
no necesites ni un segundo más de viaje.
Volando por los aires de esta habitación
aterrizo en mi tierra de imaginación,
mientras tú me besas las excusas
que impones ante la protesta de tu oscura huida.
Adiós, volveré pronto querida,
me lo dices cada día,
pero ya me cansé de esperarte
aquí en la cama de mi vida postrada ante la idea
de tu repentina partida sin retorno aparente,
por eso te almaceno cada vez que puedo
en aquel recodo del infinito negro amoroso.