Es mi eterna condena
Deambular entre recuerdos
Dejar huellas fatuas, en mi desierto
Vivir eterna pena;
Abrazar sólo sombras
Platicar con mudos cadáveres
Entre polvo y ceniza de esos seres
Que están entre las hojas;
Sentir que ya se va
Quedando mi vida sin fuerza,
Que al hilo, el filo de frías tijeras,
Pronto lo cortarán;
Soledad, cuánto pesas,
Nadie mi gran dolo comprende,
Por esta montaña, solo se asciende
Y olvidas la pareja;
Solo un rayo de luz
A lo lejos se le percibe,
Emanando la fuerza que consigue
Borrar el vano tú…