¡Entonces... caminemos juntos!
Donde el viento toque,
Para aferrarnos en un vendaval
De baile y risa con las hojas.
Seamos brisa fresca, aroma y bruma,
Plagados en los portales, colmado de abejas,
Donde el sol pretende engendrar cristales
Por el torrente que se desliza de tus ojos.
Emprendamos la ventura del viajero
Que no sabe ni siquiera donde y cuando lloverá
¡Tú y yo juntos!
Partiendo del la mano el beso.
¡Entonces... que dices!
Seamos cual niños, ansiosos del cuento
Anhelando con un dedo, la fugaz estrella.
Para que las gaviotas picoteen sus pupilas a lo lejos.
_”Yo escuchare tu voz”
Tu lívida membrecía de ansiada ternura,
Del bosque profundo, el único eco que jamás oí.
¿Por qué te amo y no se contarlo?
Pero al mirar mi actitud de entrega,
Como un loco trasnochado sin sueño,
Sabrás que lo que digo es cierto,
Que no tengo que explicarlo.
Entonces... contemos nuestros pasos
En este camino insomne
Lleno de luz y sombra, de tierra y metal.
_Yo llevare en mi actitud la espada,
Tú en tu mirada me colmaras de aroma.
_Yo regare el campo con mis lágrimas,
Tú encenderás la vela de mis noches.
Así como las cometas en le mes de abril
Te invitare a dar un paseo sin fin,
Donde nadie sepa ni a donde vamos
Por que no tenemos, por que explicarlo.
¿Yo te quiero a ti?
¿Tú me quieres a mí?
Entonces... dame tu mano.