Cuando estés triste, recuerda que aquí estaré,
que tal vez no seré el mejor de los hombres,
pero que tengo todo mi cariño para darte
y mis brazos están abiertos para abrigarte.
Mis labios dispuestos a un beso entregarte.
No son tus ojos, tal vez tu boca o tus largas piernas,
lo que más quiero de ti, me encanta como eres,
cuando eres tierna, dulce, sensible y te dejas amar.
Cuando necesites mi hombro, aquí estaré,
cuando te sientas cansada, te llevaré de mi mano,
cuando tus fuerzas flaqueen, te sostendré
y verás que nada habrá de ser en vano.