47.
LA JOROBA
Moisés Mendelssonlm, abuelo de un conocido compositor alemán, no era guapo ni apuesto. Además, su estatura era baja y tenía una grotesca joroba.
Un día visitó a un mercader de Hamburgo que tenía una hermosa hija llamada Frumtje. Moisés se enamoró perdidamente de ella, pero a ella le repelía su apariencia deforme.
Cuando llegó el momento de despedirse, Moisés hizo acopio de su valor y subió las escaleras hasta donde estaba el cuarto de aquella hermosa joven, para tener la última oportunidad de hablar con ella.
Era tan hermosa, pero a Moisés le entristecía profundamente su negativa a mirarlo. Después de varios intentos de conversar con ella, le preguntó tímidamente.
- \"¿Crees que los matrimonios se crean en el cielo?\"-. Le preguntó.
- \"Sí, ¿Y tú?\"-. Respondió ella, mirando al suelo.
- \"Sí, lo creo. En el cielo, cada vez que un niño nace, el Señor anuncia con que niña se va a casar. Cuando yo nací, me fue señalado mi futura esposa. Entonces el señor añadió: \"Pero tu esposa será jorobada\".
Justo en ese momento exclamé: \"¡Oh, Señor, una mujer jorobada sería una tragedia, dame a mi la joroba y permite que ella sea hermosa\"-. Dijo Moisés.
Entonces Frumtje levantó la mirada para contemplar los ojos de Moisés y pudo, entonces, apreciar su belleza interior y un hondo recuerdo la conmovió. Alargó su mano y se la dió a Moisés. Tiempo después, ella se convirtió en su esposa.