La senda vehicular
me daba señal de
paso, cuando te vi,
me enamore de ti.
Pasaron años,
caminando por la avenida,
te volví a encontrar.
...Como me gustaste...
El destino hacía que
te viera y que me vieras
y tubo que pasar un año y
más, para que nuestro vernos,
no fuera casual.
Un café y nada más- dije-
y fue una tarde plena, tantos
temas en común, tantas
ganas de sabernos y aprendernos.
Y ese fue el final y el principio
de todo.
Ya estábamos en total armonía
uno a la par del otro.
Por el eterno placer de amar.