Me tienes bebiendo de algo que no puedo comparar con nada, apuesto por lo conocido esperando que después de esta fiebre sobreviva. Sé que estoy actuando un poco loca, nerviosa y algo confundida, con la mano sobre el corazón, rezo por poder salir de esto con vida.
Una cuerda al aire resuena en lo profundo de mi alma,
Es nota que predice que perderé toda mi calma,
Como el viento que grita que vendrá una tormenta,
Como el ardor que sientes al aproximarte al fuego;
Pero aun así lo tocas, pero aun así te embelesa.
Quiero pensar que solamente soy yo quien ha sentido esto,
Que no todo el mundo es arrastrado por este sentir;
Que hay quienes se resistan a esta dulce agonía
De amar y ser amado, de destruir y ser destruido.
Y es que es tan hermoso que se desgarre de amor el cuerpo,
Que se te consuma el tiempo en las noches y los días;
Que no te alcance la vida, ni el oxígeno del planeta,
Que con un latido mueras y con dos vuelvas a la vida,
Y que aun así te aferres a la idea
De exquisito placer de amar y ser amado
El placer de destruir y ser destruido.