Siempre hacía la misma rutina
que se había convertido en el motor de mi vida,
y no me di cuenta del cansancio que sentía
hasta que repente me interrumpió un buen día
un acontecimiento inesperado
que como negativo, en un principio,
así lo había interpretado…
Más con el paso de las horas se convirtió
en algo positivo y me replanteé
lo que era un buen descanso…
y disfrutar de él sin prisas,
tal y como me venía dado…
porque lo impuesto no tiene mérito
y porque lo hagan los demás ,
lo tiene menos…
Así que hice lo que me pedía el cuerpo,
y así dormí muchas horas de sueño…
de ese placentero,
del que en cuanto te despiertas
quieres seguir durmiéndolo…
sin sueños buenos ni malos
simplemente descansando…
y todo ello intercalado
con una lectura entretenida,
que no tiene porque ser
de las de moda ni conocidas,
hasta que de nuevo me dé el sueño
y me abrace de nuevo el querido Morfeo.
Y así poco a poco me vaya desprendiendo
del sueño atrasado
hasta ponerme al día
disfrutando del descanso
al que tanto me había negado .
Y si entre sueño y sueño
me arropan tus brazos,
tus caricias y tu boca…
saciada y plena me giro
gustosa para seguir descansando…
Y así fruto de un acontecimiento inesperado
me di cuenta de lo que era el verdadero descanso
y de cuanto lo había necesitado….