La embestida de mi cuerpo, mordisquea sin piedad la ternura que se mece entre los pliegues de tu cuerpo...
¡Hembra insaciable que alimentas tu hambre y tu deseo, en el fuego que mana de tu boca!...;
me haces piel tuya... y de tu piel soy... ¡mujer de miel...!,
que deshojas sin pudor las cicatrices que dejaron en mis alas las heridas de otros vuelos...,
Que desgranas uno a uno con la más insólita de las paciencias los temblores que enardecen mis entrañas...;
y por más que con todo ello; insto en mi ser a que te acuerdes de mí...,
Incluso si te ves envuelta en tan perfecta, exacta y bien tejida maraña.
Excepto cuando llegues...; cuando invisible mi voz se quede en tus hombros...
¡Acuérdate de mí!... Aún cuando mi nombre se acerque a ti en carne y hueso...,
acuérdate de mí...; excepto cuando te conviertas y tornes a ser fuego...,
o cuando adormecida en mi pecho...
¡no quieras librarte!...
Acuérdate de mí..., también exceptuando que el tiempo sea más que de sobra...,
cuando celebremos en los ojos el estar frente a frente...,
...Cuando rodearte y extenderme sepan a una eternidad que insiste...,
...Cuando nuestra ternura sea un cerrado círculo en donde el sol y la luna se detienen...;
y si así, te acuerdas de mí; será eterna la fusión que a su momento extinga lo que por separación se repliegue...
Acuérdate de mí..., excepto cuando nada nos pueda separar...
Y subamos juntos en el final de la estancia anhelada; hacia esa tan perfecta y minuciosamente fabricada...
... BELLA ESCALERA EMPINADA...
Autor.SSM. 19-08-2015.