I
Algún día recordaras amor mío
A este hombre que en un tiempo te amo,
Sentirás en tu pecho un aire sombrío
Por todo aquello que fue y ya no.
Revivirá en tu corazón vacío
Aquella tibieza que tu alma calentaba,
Cuando dichosamente eras amada
Por este que de su nido al tuyo voló;
Entonces la amargura de la soledad llenará tus horas
Y tus últimas lágrimas casi inertes por tus mejillas caerán,
Un enorme desierto lleno de polvo parecerá tu alcoba,
Mientras las luces de tus recuerdos una a una se apagarán,
Solo rogarás a tu creador que no te permita morir sola,
Soñando penosamente, con el milagro que tu alma salvará.
II
Con el último de los suspiros
Que tu ser pueda contener,
Resurgirás para siempre amor mío,
Como amante, como dueña, como mujer;
Reconocerás perfectamente
Que tu vida solo estuvo llena
De pasión, de lucha, de poemas
Y de un corazón que todavía siente;
Entonces la claridad llegará para escribir una historia,
La de la mujer más maravillosa que un día vivió,
Para la cual la derrota siempre fue ilusoria;
Para aquella que de las cenizas siempre resurgió;
La soledad no será entonces un obstáculo para la victoria,
De una de las pocas mujeres que en este mundo amó.
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