\"El amor y el pecado van de la mano,/ es una de las cosas que he aprendido./ Amor sin pecado no es humano/ y ni siquiera es divertido\".
Las cosas pueden ser como tú quieras,
con la puerta herméticamente cerrada.
Así oirás mis palabras de mil maneras
y yo tus gemidos de mujer excitada.
Pero abre ahora en tu pecho tu blusa,
abre también el cierre y afloja tu falda
para ver tu piel que de su belleza abusa
y aprenderme los caminos de tu espalda.
Cierra las puertas pero abre tu mente
y aloja en ella tu lujuria de cada día.
Abre tu boca y muérdeme dulcemente
y ábreme tu alma y fúndela en la mía.
Abre tus sueños y déjame en ellos,
enlazando siempre nuestros destinos…
que justo donde estoy sean aquéllos
que abren todos nuestros caminos.
Abre amorosa cada poro de tu piel,
esa piel que te vibra, que te suda,
que tiene tanta dulzura de miel
y emana tu luz si estás desnuda.
Que se abran tus ojos que le hablan
a los míos que en ti están perdidos.
Ojos con gran pasión que entablan
y acompañan un diálogo de gemidos.
Ábreme ansiosa de mí tus piernas
y déjate penetrar mientras te mueves,
hagamos entre los dos que sean eternas
citas que otros creen que son breves.
Como ves mis realidades son dibujadas
con pinceladas de ansiedades ciertas,
podemos dejar las puertas cerradas,
ah, pero eso sí… sólo las puertas.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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Publicado el 20/8/2015
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