Txema Anguera

De par en par.

Abrí de par en par, balcones, puertas, corazón y ventanas,

dejé correr el aire, por todos mis rincones y los de la casa.  

Y me senté, a esperar,  bajo el cerezo de la entrada,

aún sabiéndo que sería espera inútil,  tu llegada.