Llora el recuerdo en la puerta de mi corazón,
mientras que en los cristales de mi alma
empañados por lágrimas de un dulce ayer ,
reflejan nítidamente el dulzor de tus ojos de miel.
Yo miento, digo que no te amo,
Tú dices que soy parte de tu olvido
lo sabes tú, lo se yo,
no hay motivos, no hay razón .
Pero aunque parezca que vuelvo del olvido
jamás me fui de ti,
Perdón por amarte siempre
por siempre perdón.
Tú sigues siendo esa mariposa
de blancas alas de luna,
que en las noches más oscuras,
de punzante aflicción,
calman el lacerante dolor
saeta de la desolación.
Ha pasado mucho tiempo
y mucho tiempo pasará,
y si me lees, cuenta te has de dar,
que cuando yo te dije
que te amaba por siempre,
era absoluta verdad.
No hay nadie en mi alma
jamás lo habrá,
no hace falta que te lo diga
que en mi último suspiros tú estarás,
No hace falta que te lo diga...
tú sabes que es verdad.
Y en un dulce susurro tu nombre con el se irá.
No a la muerte perpetua, si no a un idílico despertar
de la única manera que te aprendí amar,
sin medida...
y por toda la eternidad.
L.M