Diluyése el riguroso invierno,
afirmaba Horacio esperanzado,
una estación menos dura esperando.
Llegará por fin a mi la primavera?
Del infinito frío y soledad huyendo
de la tristeza que el dolor aumenta,
cansado cuerpo y alma grito a la tormenta,
con voz doliente,ronca y amarga:
Basta ya!
Un nuevo amor, una nueva ilusión,
hacen que mi desierto abandone,
del mundo ignorado y por todos olvidado,
buscando de nuevo la dicha,esperanzado.
Solo otro sueño pueda parecer,
mas mi alma de sueños alimenta
y mi cuerpo de rayos de calor
que hagan mi invierno un poco menor.