Esa mañana me levantaron temprano
Yo no entendía por qué, pero temía.
Fue la primera vez que no tenía que comer,
Lo supe porque mi estómago no dejaba de rugir
Y el pan ya no estaba allí
El frío de julio congeló mis pies.
Me sentaron cerca de una esquina
Y me obligaron a pedir,
Trate de resistir, pero esa noche no comí,
Solo me quedaba obedecer.
Eran las seis y me obligaron a quedarme allí.
Empecé a gritar, quería escapar.
Mis manos pálidas, la gente solo me miraba
Necesitaba una esperanza.
Y así fue por años
Sigo pensando que alguien va a venir por mí
O tal vez no
Pero esa esperanza es la que me hace vivir.