Escucho el siseo de un clamor que voraz entra en mis tímpanos...
llena de sentidos, diversifica la mente al unísono entre mil susurros,
y se esparcen de ellos un complejo cúmulo de sensaciones;
son miles de sonidos que se agolpan, que atiendo de a uno, que calmado soy capaz...,
que en su contexto perfectamente infiero, asimilo, reordeno y administro...
para en ellos recabar, por ser este el momento tal en el que me hallo;
de las veces que plenamente firme, y en paz conmigo me siento...
Me sorprende tanta armonía... (sigo en silencio).
No traigo coraje alguno...; y aun cuando sé bien lo pudiera conceptuar,
la fuerza que me lo impide es más fuerza cuando palpo y percibo su magnitud...
¡tal y como es!...,
lo mismo que ahora la siento...; sólo... ¡yo sólo!... sin nadie conmigo mas que mi yo...
ese yo que se conoce a si mismo con la increíble y minuciosa celeridad que hace posible mi calma,
ese yo que ya hizo oposición en más de una ocasión para regocijo de mi paz...
Sin nadie que me cuestiona obrar, pensar, ¡sentir como siento!...
sin salir estas letras de mi pluma...,
pues son los medios que utiliza mi alma los que facilitan describir mi estado.
Oigo miles de sonidos pero ¡ay!... por que no decirlo...,
¡bendita mente mía!...
que guardas aún mis pensamientos y uno a uno los murmullos dejas sepa entenderlos.
SSM. 23-08-2015.