Porque el que escribe no lo escribe por hacerlo,
Porque el que escribe lo hace con un objeto
Crea saberlo o desconocerlo
Siempre habrá una sombra detrás de sus sonetos.
Sera una persona, la musa de su universo
La verdadera audiencia de sus escritos sin dueño
Ya que sin saberlo o a conciencia al hacerlo
La pluma se mueve por esa persona, sus deseos y recuerdos.
Por eso solo importa que la musa asista a la función
En donde ella es actriz, la protagonista y antagonista de esos versos
Y será ella quien cumpla el objeto
De aquel que osó poner su corazón en tinta.
Para escribir... en blancos papiros inquietos.