Te dije que te quise y no te quiero
y te mentí, aunque hoy ya me arrepiento;
ahora que ya sé que nada siento
quisiera no regarte en mi florero.
Me consuela saber que tú tampoco
me quisiste a mí y que me engañaste;
desconozco también si me olvidaste
y has logrado librarte de este moco.
Quizás fuiste una flor de conveniencia,
un ave que cruzaste mi sendero,
un perfume podrido ya en su esencia
colofón de un paraíso ceniciento,
colilla que agoniza en cenicero
para un culo que fué de mal asiento.
©donaciano bueno.