Cuando quiero parecer el hombre más desdichado que existe, temiendo al anochecer que el sueño no me deje levantar.
O cuando miento expresando la felicidad que porto por cosas irreales.
Me vuelvo paciente de un hospital en agonía; repleto dolor y sufrimiento.
Soy como un lobo que a duras penas aulla para intentar que el ruido en vena se propague por tu cuerpo.
Cuando estoy al borde de la destrucción masiva y la posibilidad del olvido, pienso en ti; como una luna llena de desvelos que busca algún factor que se vuelva participe de si misma, y que al paso de la luz las caricias viajen por su estructura hermosa para evitar una noche solitaria...