Luis Gomez Montes

EL DOLOR Y SU SECRETO

Tocó a mi portezuela, una tarde ennegrecida

Una silueta imperfecta de infinitos cabellos

Sus ojos eran de mar, su aliento de hielo

Sus manos finas navajas, lirismo de recuerdos

 

Me miró soberbia; como exigiendo una despedida

Musitándome al oído cancioncillas de antaño

En un timbre de espadas de frágil tonada

Que erizaban mi cuerpo cuan temeroso adversario

 

Quise huir de su vasta presencia aciaga

Buscando entre recodos de nubes negras

Oh… que tarde descubrí lo absurdo que era

Esconderme de algo que casi, un todo era

 

Acarició mi piel, solo un instante

Y sucumbí a un mundo atroz digno de Dante

Lleno de rencores y amores olvidados

De desengaños y unos que otros besos no dados

 

Sufrí por un momento…mientras canturreaba esa vieja tonada

Mientras su abrazo abarcaba mi cuerpo

Mientras su cabello impregnaba mi aliento

Mientras conceptuaba mi existencia en la nada

 

Envalentonado y sutilmente me incorporé

Apartando de mí sus cabellos, su aliento y su cuerpo

La vi a los ojos y la advertí casi niña volando cometas a favor del viento

¿Que hacéis de mi vida? le pregunté

 

¿Te cuento un secreto?

Te recuerdo que vivas… me respondió

 

Que ames, que abraces, que rías, que beses una y mil veces

Que sientas, que sueñes, que vivas sin entremeses

Por que cada existencia fluye día a día sin retrasos

Y solo así... sentirás discurridos tenuemente mis inevitables pasos