El cuchillo amellado
ya no quiere cortar
pero tengo a mi lado
la piedra de amolar.
Esa piedra casera
sí que saca buen filo
la usaba mi abuela
pa´ afilar sus cuchillos.
Otra piedra valiosa
me la traje del río
y es arma poderosa
en momentos de líos.
Sirve de martillo también
hasta sostiene la puerta
y para machacar el bistec
si la carne es muy tiesa.
Mi piedra de amolar
no la vendo ni alquilo
con ella en mi hogar
estoy más tranquilo.
Piedra de amolar
piedrita casera
te voy a utilizar
hasta que me muera.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela