Una marioneta
alegre y coqueta
con un títere se juntó
y con él comió
muchas galletas.
La marioneta esa
en su pieza
enredaba sus hilos
y el títere tranquilo
dormía la siesta.
Él la desenredaba
y aconsejaba
a la marioneta,
y como era poeta
sus versos le daba.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela