ALVARO J. MARQUEZ

JUGAR Y PERDER

“El amor en su falso concepto/ es sólo sexo y deseo./ Si me lo ofreces yo te lo acepto,/ me lo juras y no te lo creo”.

 

Seguro pensaste “a éste lo sustituyo”,
juego un poco con él y después huyo
y que vaya con sus versos a otra parte.
El amor para ti nunca tuvo misterio,
nunca lo tomaste como algo muy serio
y jurabas que ya no ibas a enamorarte.

 

Hiciste de tu engaño conmigo un arte
y no intuías que podías complicarte
al haber entre tú y yo tantas cercanías,
pero los cambios llegan y no se esperan
y todas las cosas que tan sólo tuyas eran
empezaron de pronto a ser también mías.

 

Pensaste que como un títere me tendrías
y que con tus hilos por siempre podrías
tomarme y soltarme según tus antojos.
Creo que ahora hay conceptos definidos,
no es real todo lo que escuchan tus oídos
ni jures que es cierto lo que ven tus ojos.

 

Me besaste y al beso de tus labios rojos
le diste fuerza para tenerme de hinojos
y ya ves que nunca, nunca así me tuviste.
Esa trampa que con falso amor se planeó,
estaba bien concebida para que cayera yo
y lo que es la vida... fuiste tú la que caíste.

 

Ahora te he encontrado por ahí muy triste
preguntándole a la gente si es que existe
todavía aquel hombre con el cual jugabas,
porque dejó sus besos grabados en tu boca,
las personas tal vez piensan que estás loca
y que al preguntarles eso demente delirabas.

 

De esquina a esquina te vi cómo buscabas
al mismo hombre del cual tanto te burlabas,
aquél de cuyo amor preferiste prescindir,
al que más de una vez le hiciste morisqueta,
el hombre que un día te dijo que era poeta
y en sus letras que te amaba te supo decir.

 

Ahora lo buscas, porque no puedes dormir
y tu almohada cada noche te oye maldecir
porque en tu alma un amor está naciendo.
No creas, siempre supe que podía suceder,
que la que jugaba a que me podía querer,
ahora muy en serio me estaba queriendo.

 

Creo que un poco tarde estás entendiendo,
a base de caídas vamos a veces aprendiendo
que el amor no es juguete para divertirse.
Míra ahora, tú, la mujer que no pudo concebir
que amándome de verdad pudiera vivir...
ahora sin ese mismo amor puede morirse.

 

Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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Publicado el 24/8/2015
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