Una suave lluvia ,
acariciaba mi rostro ,
que al cielo observaba ,
mi vista estaba dispuesta ,
a recibir el mensaje .
Este no tardó , un rostro ,
percibía mi corazón , y en
sus labios , un arco iris
distinguí , que se extendía ,
más allá , del alcance de mi sentido .
Era yo , que hacía verter , desde
mi corazón , los colores , tan claros ,
como mi sentir .
Y este sentir , era la presencia en
mi aliento , de Él , de mi Señor ,
el cual nunca me deja solo .