Se me eriza la piel
cuando te recuerdo
en las venas me corren
ríos de sangre fresca,
la herida que dejaste
parte completo mi cuerpo,
deja clavos en mis manos
y cuchillos en los dedos,
en la sien una corona
hecha de recuerdos negros.
Siento cómo se me pone
la piel cuando a mi mente
vienen momentos felices
que vivimos juntos,
en tu casa o en la mía,
hoy hay un muro de silencio,
de cal, de arenas y de viento,
revestido de madreselvas oscuras
y de vidrios con sombras al acecho.
Un muro que nunca, nunca
debió existir entre nosotros,
ahora guarda nuestro secreto,
que me quieres, que te quiero,
lo sabemos los dos, y ahora
nadie mas podrá saberlo...
!Ay, pena, penita, pena
de nuestro amor perdido!
!Ay, que tristeza, tristeza
de quererte como te quiero!
Cuando por la noche a solas
me quemo con tu recuerdo,
derretiría la cruenta ausencia
que nos separa hasta en sueños,
rompería con mis manos
cada uno de los recuerdos
con tal de verte de nuevo,
tormento de mis tormentos,
estaría en tu piel besando
hasta el intimo aliento.
Y luego si Dios me lo permite
quedarme en tus brazos, muerto.