“El espejito dice las cosas que vemos,/ las voltea pero igual se ven/ las cosas que a la vista tenemos…/ y a veces las que ocultamos también”.
Espejito, espejito… ¿crees que soy bello?
“Eres más feo que un auto por debajo”.
¿En serio? Puedo ofenderme por ello…
“Allá tú, si te ofendes tendrás doble trabajo”.
Espejito, espejito, permíteme insistir,
¿de verdad yo no te parezco guapo?
“¿Deseas que diga lo que quieres oír
o puedo decirte que pareces un sapo?”.
Te pido que seas generoso espejito,
te lo pediré diez veces, cien o mil.
¿Me veo mejor parado, sentadito,
de frente, de espaldas o de perfil?
“El deseo que tengo de reír es inmenso
y más si me lo preguntas una y otra vez,
si quieres que sea sincero, yo pienso
que es mejor que no preguntes cómo te ves”.
¿Es verdad espejito, que si te llego a romper
puedo tener hasta siete años de mala suerte?
“Bueno, intenta romperme pues, a ver
cuántos años en total puedo ofrecerte”.
Dime por qué todo en ti se ve al revés,
¿por qué mi mano derecha se ve izquierda?
“Hay cosas tontas que el espejo donde te ves,
Sencilla y llanamente ya no las recuerda”.
Espejito, espejito, tú puedes ser más amable,
dime cómo puedo enamorar a las mujeres.
“En verdad para ti es mejor que yo no hable,
para no tener que decirte lo feo que eres”.
Estoy a punto ya de lanzarte un zapato,
son muchísimas las ganas que me dan.
Yo sólo te pido una opinión, un dato
para poder convertirme en un galán.
“Agradezco la confianza que me das
y en realidad de eso no me quejo,
pero piensa en la imagen que darás
si acaso te ven hablándole a un espejo”.
Espejito, espejito, al menos yo creo
que me puedes ayudar con mi peinado.
“Sinceramente siempre te ves tan feo,
que siento que te ves mejor despeinado”.
Sabes espejito, recuerdo aún con cariño
y los recuerdos hace poco me llegaban,
que en los cuentos que leía cuando niño,
todos, pero todos los espejos hablaban.
“Quieres que hable como los espejos de antes?
Una gran sonrisa en mi reflejo ahora se dibuja,
por querer parecerte a los príncipes galantes,
puedes terminar pareciéndote a la bruja”.
Bueno, me rindo, creo que no llegué a nacer
para ser conquistador, un irresistible galán
y tú puedes sentirte muy orgulloso por no ser
en lo absoluto un espejito charlatán.
Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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Publicado el 25/8/2015
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