Cecilio Navarro

Sufrimiento inĂștil.

Sonando las trompetas de la plaza

la puerta de chiqueros deja paso

al bello toro negro de aire bravo

que luce con orgullo su semblanza. 

 

Majestuoso de andares se engalana

exhibiendo la fuerza de su astado

astillando las gradas de un amago.

Engañado, no sabe aún la trama. 

 

Vienen corriendo hacia él, ¡son banderillas!

que se clavan encima de sus nobles,

arrancando la sangre a borbotones

mientras  oye murmullos de alegría.

 

Cambia el tercio. Caballo desde lejos

lo provoca, buscando  el desafío

cuerpo a cuerpo. Resiste el envestido,

mientras, el picador se ensaña cruento.  

 

Boca abierta, cansado y fatigado

escucha la llamada de la cita,

el maestro luciéndose en la quita

que consigue dejarlo mareado.

 

Sangre tapa sus ojos al requiebro

pero atiende al reflejo de la treta

 y enviste al movimiento de muleta

esforzando sus límites a extremos.

 

Una, otra y otra. Juego ruin y obsceno

que consigue aturdirlo en la confusa

entre oles al torero que se encumbra

de ese duelo trucado y fraudulento.

 

Cansado ya, vencido en su partida

humilla la  cabeza como un noble

ofreciendo sus rubios al estoque

deseando termine su agonía.

 

Busca el apoyo junto a la madera;

no comprende el  porqué de su destrozo,

una lágrima brota de sus ojos

ahogando a la muerte, con su pena

 

Cecilio Navarro.   25/08/2015